domingo, 28 de julio de 2013

Que opinan alumnos del primer trabajo de Claustro

Estimada audiencia, replicamos una carta de un alumno que está criticando el método de desarrollo del Claustro, y reclama por la falta de tiempo y la profundidad de los temas a tratar, esto lo replicamos para su información y estamos de acuerdo con las críticas realizadas, la cual pasamos a reproducir:

No es que yo no valore la dinámica de hacer un círculo, mirarse a la cara, tomarse de las manos y comprometerse a cambiar, que nos piden en el claustro. No es que yo no piense que es un buen camino para una mejor comprensión institucional. No es que yo no considere positivo que hagamos una terapia de grupo, y saquemos conclusiones sobre temas importantes al más puro estilo de una sesión de catequesis en su iglesia local.

Lo que pasa es que me cuesta comprender como en 3 horas vamos a obtener conclusiones decentes de problemas tan amplios. Como le voy a decir a mi curso que resuma en un par de “palabras clave” como decía la señora (cooperación, preocupación, igualdad) sus ideas y diagnósticos sobre temas de radical importancia y que requieren grandes discursos, grandes análisis, y grandes propuestas. Desde lo teórico a lo práctico, desde lo simple a lo complejo.

Lo que me incomoda es que no sé en qué mente cabe pensar que semejante sistema, con rondas y “tótems” para darse la palabra, con cartulinas y plumones de colores, es aplicable a la situación de emergencia que vivimos, a las tensiones y asuntos inconclusos que se acumularon por décadas.

Yo veo con vergüenza como hay cursos y alumnos que se restan de los míseros espacios que se les han dado. Yo me niego a rellenar una ficha de media página, sintetizando lo irreductible. Yo me niego a entregar un montón de buenas intenciones propias de una miss universo, y volver a la rutina de siempre cuando suene el timbre del día lunes, con nada más que un montón de ideas valiosas sin decir. Con un millón de reflexiones mutiladas por la falta de tiempo y la falta de espacio, por la necesidad ciega de cumplir con pautas y calendarios, y por la ambición de algunos pocos de tomar todo esto y usarlo para justificar la propuesta que harán de su puño y letra, y que será una gran pantalla de superficialidad, la evidencia de un diálogo que no existió.

Exijo más tiempo. Exijo más espacios de discusión entre los grupos, entre los cursos, entre toda la comunidad, y no solo entre un grupo de elegidos, porque el entendimiento no funciona de manera jerarquizada, porque se requieren acercamientos en las bases mismas. Exijo foros e información, exijo charlas y sondeos empíricos, exijo grandes alegatos y acalorados debates públicos, exijo que demuestren los pensadores que han dicho ser todo este tiempo, y con lo que se han llenado la boca ante el público. Exijo mucho más que la versión readaptada de un claustro vecinal para amigar a las viejitas de un barrio del centro.

De lo contrario me pregunto ¿de verdad se perdió tanto para esto?
De lo contrario les aviso: siembran las tomas y los paros de las décadas que siguen.
De lo contrario tengan presente que nos estamos poniendo la soga al cuello.
De lo contrario Olvídense de un tricentenario.

Oscar Cornejo.
4i, humanista

CONVERGENCIA INSTITUTANA

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