Desde las 12 AM, un grupo de apoderados comunes firmaba una hoja en que declaraban su deseo de hacer respetar el derecho constitucional de sus hijos a estudiar.
En la calle -porque los señores de la Toma no facilitaron las dependencias para los padres de sus compañeros- en una mesita a medio morir, respetuosa y pacíficamente aceptaban, por sus hijos, esta injusta condición. Un señor se acercó a firmar, intempestivamente, tomó las hojas con firmas y se las lanzó a los alumnos en Toma para que las destruyeran. Los "niños" las despedazaron y las quemaron (el fuego siempre ha estado aliado al fascismo), insultaron e increparon a los apoderados que quieren clases para sus hijos.
El "apoderado" o deberíamos decir "activista" posteriormente fue reconocido como integrante del PAMIN, organización política interna nefasta que, a estas alturas, no necesita presentación.
La trampa, la deslealtad, la puñalada por la espalda y la intolerancia fueron las lecciones explícitas que dio ese apoderado a los niños de la Toma. Quizás cuántas lecciones más del mismo nivel ético ha impartido.
Cientos de años atrás Voltaire decía: "Pienso muy diferente a ti, pero, daría mi vida porque pudieras expresar tus ideas".
En las puertas del IN se consumó un acto de barbarie manchando un poco más este bicentenario monumento nacional .
CONVERGENCIA INSTITUTANA
Gracias por esta información.
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